
Abarca desde la muerte de Alejandro Magno (aproximadamente en el año 320 a.C.,), hasta la invasión de Macedonia por los romanos, que tuvo lugar en el año 148 a.C., en donde las ciudades griegas pierden su independencia y Atenas su hegemonía política, comercial, económica, e incluso cultural. No en vano, y tras el fallecimiento de éste, se produce una cierta inestabilidad política, que quedará reflejada en que, por ejemplo, la pólis clásica casi desaparecerá por completo, y el reparto por parte del Imperio Macedonio dará como resultado final una acentuación de las diferencias sociales, entre las clases sociales, en donde, a su vez, se producirán también reinos y tiranías diversas. Es necesario indicar a modo de epígrafe, que en este período histórico puntual y concreto, nos encontramos con la práctica aparición de las denominadas cosmopólis, algo que se producirá como consecuencia de la pérdida de aquella idea que indicaba que el hombre griego era libre, siendo entendido como ciudadano.
Y es que, paradójicamente, el momento concreto de mayor reflexión se produce directamente cuando se tiene una constancia exacta de una degradación progresiva, tanto de la propia pólis en sí, entendida como tal, y de la vida política.